El IPC es el valor que representa para las familias el coste de la vida, y es que, como ya comentaremos más adelante, este es un índice que reúne las diferentes variaciones que los productos y servicios de la ‘cesta básica’ han representado en cuanto al precio (ya sean subidas o bajadas).
De esta manera, si un determinado grupo de bienes o servicios presenta un incremento en sus precios, el poder adquisitivo no será suficiente para costearlos, o al menos, la cantidad de dinero que se empleaba anteriormente para costearlo. En pocas palabras, el IPC es una herramienta que ayuda para comprobar el impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo de las familias.
En ese sentido, te invito a que continúes leyendo este artículo, ya que vamos a comentar todos los aspectos que se relacionan y son de interés con respecto al IPC, por lo que tendrás un conocimiento mayor y una idea más clara si no conoces mucho sobre este tema tan importante para comprender mejor la economía. Así que sin más, ¡empecemos!
Índice
¿Qué es el IPC?
Respondiendo a las siglas de IPC, el Índice de Precios al Consumo es junto al deflector del PIB, un indicador que se emplea con el fin de realizar una medición de la inflación. En líneas generales, el IPC es la valoración que se estima del aumento en el coste de la vida. Este se observa en la evolución del precio de los bienes y servicios consumidos por la población.
Cabe destacar que esta medición tiene una importancia vital en la negociación colectiva que se realiza entre las empresas y los sindicatos. A su vez, también se utiliza para actualizar cada año las prestaciones sociales y las pensiones.
Este índice marca un tope máximo para el crecimiento de las rentas del trabajo y capital en términos reales, es decir, teniendo en cuenta la depreciación del dinero.
Del mismo modo, también se emplea como una muestra del curso que toma la economía del país, puesto que las subidas de los precios pueden estar relacionadas con el aumento en la demanda, es decir, un incremento de las ventas por parte de las empresas.
¿Cómo se interpreta el IPC?
Básicamente, si el análisis del índice es positivo, quiere decir que el IPC ha experimentado un crecimiento. Esto representa un aumento del coste de la vida, puesto que todos los productos de consumo básicos de la población han sufrido un aumento en los precios.
En caso contrario, cuando este índice es negativo, tendríamos un decrecimiento del IPC, representando una reducción del coste de la vida y por ende, una bajada en los precios de productos del consumo básico.
Conviene indicar que el IPC también se utiliza para medir los aumentos de los precios y del coste de la vida. Por esta razón por hay personas que confunden esta medición con la inflación.
El IPC y la inflación suelen tener valores muy parecidos. El IPC tiene en cuenta una amplia gama de productos de los distintos sectores del mercado, mientras que la inflación contiene todos los productos.
Factores para construir el IPC
En este sentido, es necesario destacar que el IPC consta de dos aspectos esenciales para que pueda ser cierto:
- Lo primero es que debe ser fiable y representativo. Se debe realizar una selección de una muestra representativa y al mismo tiempo ponderada de cada producto y servicio de los consumidores principales
- Debe ser medible y a la vez comparable en el tiempo y espacio. Es decir, que pueda ser parecido y comparable con esta misma medida tomada en el pasado, y que a su vez se asemeje a los demás países
Como demostración de lo que acabó de comentar, sale a relucir el IPC Armonizado. Este responde a las siglas de IPCA y se utiliza seleccionando los mismos servicios y productos en todos países, manteniendo el mismo tipo de población. Esto se hace de esta manera, ya que el IPC convencional varía según los diferentes mecanismos de consumo en los distintos países, por lo que es má complicado realizar esa comparación.
¿Cuáles son los conceptos económicos que más influyen en su evolución?
En lo que respecta al consumo familiar destacan la alimentación y las bebidas no alcohólicas quienes integran un 20 %,. Puede ser un 3 % más si incluimos el tabaco y las bebidas alcohólicas. Después le sigue el transporte con un 15 %, vivienda y energía con un poco más del 13 %. Finalmente tenemos conceptos como ‘hostelería’, ‘cultura y ocio’, ‘vestimenta’ y por último ‘menaje doméstico’, que conforman las últimas posiciones.
Es importante tener en cuenta estas categorías, ya que así podemos entender la actual subida que presentó el IPC en el mes de agosto del presente año con un 3,3 %. Si excluimos las categorías de alimentación y energía, la subida fue del 0,7 % anual. Esto se debe a que el principal responsable del aumento es la electricidad.
¿Quién lo hace y cómo se calcula?
En España este cálculo es realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE),el cual para determinar el IPC realiza una estimación del conjunto de productos y servicios que integran la cesta básica de las compras en las familias españolas y, la importancia que cada uno de ellos representa. Es decir, el peso del gasto de cada familia en las diferentes áreas de consumo se calcula en función de la relevancia que pueden tener estos en la cesta básica.
¿Cómo afectan sus oscilaciones a nuestros bolsillos?
El incremento de los precios en los productos y servicios es un componente muy importante en la economía del mercado. Asimismo, la presión por parte de cada sector y de las empresas para aumentar sus precios tiene la capacidad de empeorar las diferentes condiciones presentes en el mercado. Un ejemplo de ello es la dificultad para adquirir productos básicos de la población con poco poder adquisitivo si el IPC es muy alto.
El IPC tiene un gran impacto en nuestras finanzas. Al fin y al cabo, este índice representa la pérdida de poder adquisitivo que tenemos cada año.
La teoría nos dice que un valor adecuado del IPC es en torno al 2%. Ese es el objetivo de inflación que se han marcado tanto el Banco Central Europeo como el de Estados Unidos. En la última década se había conseguido dicho objetivo consistentemente.
Pero, en el 2021 la inflación, y por lo tanto el IPC, se han desbocado. Esto se ha debido a varias razones. La principal ha sido el parón que tuvo la economía en el año 2020 debido al Coronavirus. Cuando la economía ha vuelto a abrirse, la demanda de productos había cambiado mucho, y el tejido productivo no se había actualizado acordemente.
Esto ha generado cuellos de botella en la producción de ciertos productos (como los microchips), que han limitado la oferta. Si la demanda aumenta en mayor medida que la oferta, el resultado final es un aumento de precio. Es decir, un incremento del IPC.
Otra de las principales razones ha sido el aumento del coste de la energía, que se está sufriendo especialmente en Europa.
¿Cuánto ha variado el IPC en el siglo XXI?
Desde finales de la década de los 70’s y principios de los 80’s, tener un control de la inflación ha sido el principal objetivo por parte de la política económica, incluso por encima de la creación de empleo.
Las políticas normativas de ajuste de los bancos centrales han intentado mantener un nivel de inflación por debajo del 2%. El objetivo de esta política económica ha sido evitar cualquier tipo de crisis relacionada con la inflación.
En algunos casos esto ha tenido como consecuencia una reducción en la compra de deuda del sector público por parte del Banco Central Europe (BCE). Así se ha conseguido lograr un IPC cercano al 2%, manteniendo una estabilidad en los precios de los alquileres y las hipotecas. En alguna ocasión estas políticas han generado problemas para la financiación de las empresas, debido a las subidas de los tipos de interés.
Batir el IPC
Todo ahorrador tiene que ser consciente de esta variable cuando planifica sus inversiones.
Ante la constante evolución por parte del IPC es necesario tener claro otro concepto del mundo de las finanzas, la Tasa Anual Equivalente, también conocida como TAE. Esta tasa mide el rendimiento que se obtiene en un depósito.
Si el inversor quiere evitar la pérdida de poder adquisitivo, debe intentar batir al IPC. Para ello, el TAE que obtenga con sus ahorros debe ser mayor que el IPC previsto para ese año.
¿Qué intuye de aquí hasta final de año?
Si persiste la progresión actual, es muy posible que España acabe el año con un IPC del 5.5%. Es importante destacar que los salarios, las rentas mínimas y las prestaciones sociales no están ligadas al IPC.
Por lo tanto, no aumentarán en el 2021 un 5,5%. En cambio, las pensiones sí que están indexadas al IPC, por lo que su valor se actualizará acordemente.
Cuando el alto incremento del coste de la vida implica un alza en los salarios, rentas y pensiones, esto a su vez genera un mayor aumento del IPC. Esto se conoce como la espiral precio-salario.
Los precios suben, por lo que los salarios suben, por lo que los precios vuelven a subir, etc. Como ves, es una espiral que no tiene fin.
Esta espiral tiene el gran peligro de que la inflación se descontrole, y acabe siendo alta año tras año. Esto representa un gran problema para la economía. Por eso los bancos centrales intentan siempre mantener la inflación por debajo del 2%.
En este caso, un incremento por parte de los precios representa una ventaja a quienes tienen deudas (su valor en este caso disminuye). Por lo tanto, la administración pública puede beneficiarse de ella si tiene deudas. Además, favorece a las empresas que se dedican a la exportación.
Por otra parte, una alta inflación perjudica seriamente al sector ahorrador, a las empresas importadoras, y a la economía en general.
Por lo tanto, es importante implementar un mecanismo adecuado de estabilización del IPC, para que este no se convierta en una traba para la economía.
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