Entender qué es la inflación es clave si quieres gozar de una buena salud financiera en el futuro.

Es habitual escuchar en los telediarios hablar sobre el aumento que ha sufrido la inflación, y cómo están subiendo los precios. Si te digo la verdad, hasta hace unos años yo no tenía ni idea de qué significaba la palabra inflación.

La inflación nos afecta a todos, y por ello es importante comprender cómo funciona.

La inflación es en general, un aumento en los precios de manera sostenida y generalizada a lo largo de toro un año.

Básicamente, la inflación lo que hacer es disminuir a lo largo de un año tu poder adquisitivo, ya que con cierta cantidad de dinero no puedes adquirir la misma cantidad de productos que en el pasado.

Esto lo que nos deja ver es, que la inflación nos afecta a todos, a unos más que otros cuando se trata de desarrollar nuestra vida, pues vemos como nuestro salario se ve afectado en ese sentido y repercute en general de forma, positiva y negativa.

Todo esto suena bastante interesante, pero sin duda lo más importante es que tomes nota de todo, pues aprenderás sobre la inflación como nunca antes. ¡Comencemos!

¿Qué es la inflación?

Empecemos por una explicación fácil y sencilla:

La inflación es el aumento del precio de los bienes y servicios de una economía a lo largo de un periodo de tiempo

A medida que el nivel general de los precios sube, la cantidad de bienes y servicios que podemos comprar con el mismo dinero disminuye.

Es decir, la inflación representa la pérdida de poder adquisitivo.

Es importante entender qué es la inflación

La imagen de arriba es muy explicativa. Nos muestra la cantidad de artículos que se podían comprar en un supermercado con 20 euros en los años 2000, 2010 y 2020.

Como puedes observar, a medida que va pasando el tiempo, cada vez podemos adquirir menos productos con el mismo dinero. Esto se debe a que el precio de estos productos va subiendo poco a poco.

Una definición alternativa de la inflación es un ladrón de guante blanco que se va llevando tu dinero poco a poco, sin que te des cuenta.

Pero, no te preocupes. Hay formas de luchar contra la inflación, y las vamos a comentar más adelante.

Causas de la inflación

Estos son las cuatro causas principales para que se produzca la inflación:

  • Aumento de la demanda: el precio sigue la ley de la oferta y la demanda. Si aumenta la demanda de un bien o servicio, su precio subirá. Sobre todo, si esta demanda no puede ser cubierta con la producción del producto o con su importación
  • Aumento de los costes: sucede cuando el coste de producir un bien o servicio sube, debido por ejemplo al incremento del precio de las materias primas (petróleo, cobre, oro). Para mantener el margen de beneficios, el productor aumenta el precio del producto final
  • Por las expectativas: esta inflación ocurre cuando se prevee una fuerte inflación en un futuro próximo. En este caso, los precios suben antes de que llegue dicha inflación, y este aumento de precios acaba produciendo la inflación. Es lo que se conoce como “profecía autocumplida”
  • Política monetaria: cuando el gobierno y el banco central deciden imprimir dinero, esto puede producir un aumento generalizado de los precios. Debido a que hay más dinero en el mercado y el mismo número de productos, esto genera un aumento de su precio

En España la causa principal de la inflación suele ser el aumento de la demanda y el aumento de los costes. Esto hace que el valor del Euro sea menor.

Mientras que, en otros países con una historia de alta inflación, como Venezuela y Argentina, las causas más comunes son las políticas monetarias y las expectativas.

¿Por qué la inflación es tan importante?

La inflación es un fenómeno que sucede en la gran mayoría de países en el mundo; pero como dato curioso, muchos bancos centrales se encargan que en sus países existe una cierta inflación, del dos o tres por ciento.

Pero te preguntarás ¿Qué sentido tiene esto? La principal razón es que sin inflación sucedería el efecto de bajada en los precios (deflación), lo que ralentiza el consumo y también el crecimiento económico en un país, además de poder terminar en un espiral deflacionista que tiene consecuencias muy negativas.

Este tema es sin duda un gran factor en la política monetaria de los bancos centrales y de la macroeconomía en general. Es más, el Banco Central Europeo (BCE) tiene como objetivo lograr estabilizar los precios, fijando dicho objetivo en una tasa del 2% de inflación anual.

Los precios están para ayudar al comprador a determinar cuantos productos comprará según indique dicho precio en el mercado, mientras que ayuda al empresario a determinar la cantidad de productos a vender con dicho precio.

Los precios hacen que exista un equilibrio en el mercado con una buena repartición de productos y asignación de recursos. Pero esto muy pocas veces sucede, pues los precios tienden a subir provocando la famosa inflación.

Ventajas de la inflación

Un pensamiento comúnmente aceptado es que una inflación baja o moderada es buena para la economía. Esto se debe a que los precios aumentan a un nivel similar al de los salarios, por lo que las personas no pierden poder adquisitivo.

La inflación es un mecanismo para regular la economía de mercado. Los empresarios fijan los precios en función del coste de producción y sus expectativas de beneficios. Esto permite que los recursos puedan repartirse entre los ciudadanos.

Si no hubiera inflación, se produciría una disminución de los precios, lo que se conoce como deflación. Los efectos de la deflación son muy graves, y por eso cualquier responsable económico la intenta evitar a toda costa.

Las principales ventajas de la inflación son las siguientes:

  • Reducción de la deuda: el aumento de los precios y los sueldos implica que todo el mundo dispone de más dinero. Entonces el valor real de las deudas será menor, dado que ahora hay más dinero en circulación. Esto beneficia a los gobiernos, las empresas y las personas, que a menudo utilizan préstamos para financiarse
  • Fomento del consumo: dado que el precio de los productos aumenta cada año, los ciudadanos prefieren usar su dinero en el momento, para evitar que pierda valor. Esto es importante para que haya intercambio de bienes y servicios, y el dinero fluya. Así es cómo funciona una economía capitalista
  • Aumento de la competitividad: cuando la inflación de un país es más baja que la de sus vecinos, esto le permite aumentar su competitividad en los mercados internacionales. Sus costes de producción son más bajos, y puede exportar sus productos de una forma más barata. Cabe destacar que una inflación baja también tiene importantes inconvenientes

Ahora vamos a pasar a ver las desventajas que tiene la subida generalizada de los precios.

Desventajas de la inflación

La inflación tiene varias desventajas

Hay dos principales desventajas asociadas con la inflación:

  • Pérdida del poder adquisitivo: la inflación representa el crecimiento generalizado de los precios. Si los salarios de los ciudadanos se mantienen igual y los productos son más caros, esto implica que las personas pierden poder adquisitivo.
    Por eso es muy importante que los sueldos suban a un nivel similar a la tasa de la inflación anual. De esta forma se garantiza que las personas sigan pudiendo comprar los mismos bienes y servicios
  • Reducción del ahorro: el hecho de que los precios aumenten tiene un efecto negativo en el ahorro. Las personas no van a querer ahorrar dinero sabiendo que si lo dejan en los bancos va a valer cada vez menos. Para “vencer” a la inflación es necesario sacarle partido a nuestros ahorros. Una forma es mediante la inversión en bolsa

Estos son los dos mayores inconvenientes que tiene la inflación. Como ves, la inflación tiene sus cosas positivas y negativas, como todo en esta vida.

Lo que está claro es que, para el buen funcionamiento de la economía y los mercados, la inflación no debe ser ni muy alta ni muy baja.

Tipos de inflación

Existen tres categorías de inflación en función del porcentaje de aumento de los precios:

  • Inflación moderada: consiste en una subida progresiva y gradual de los precios. Este tipo de inflación es inferior al 10% anual. Es comunmente aceptada como la “inflación ideal”, dado que permite un buen funcionamiento de la economía.
    En este escenario los precios crecen a un ritmo bajo, las personas confian en el valor de la moneda y depositan sus ahorros en el banco, los salarios suben acordes a la inflación, y los bienes y servicios se intercambian de forma normal.
  • Inflación galopante: el aumento de los precios en un año se produce en tasas de dos o tres cifras, situandose en el 50%, 100% o incluso el 200%. Esta inflación es una muy mala señal para la economía de un país.
    Implica que las personas están sufriendo una gran pédida de poder adquisitivo. Cada vez pueden comprar menos productos con su dinero. Se produce una destrucción del ahorro, ya que no tiene sentido ahorrar dinero en estas condiciones
  • Hiperinflación: el índice de precios crece un 40% o 50% cada mes. Esto genera una inflación anual que puede alcanzar el 1.000%. Los precios sufren cambios y aumentos constantemente. Es decir, si el kg de manzanas vale 2€ hoy, dentro de un año valdría más de 20€.
    Es el peor tipo de inflación que se conoce, e indica que un país está atravesando una grave crisis económica

Para las personas que vivimos en España y en Europa, los escenarios de inflación galopante e hiperinflación nos parecen de ciencia ficción.

Pero, este es un mal que afectó a Europa hace no mucho tiempo. Después de la segunda guerra mundial, la hiperinflación en Alemania fue tal que las personas encendían la calefacción con billetes de dinero.

Cómo se calcula la inflación

Aquí te indico cómo se calcula esta tasa.

Hay dos métodos para calcular la variación de los precios de una economía, el índice de precios al consumidor (conocido como IPC) y el deflactor del PIB. Vamos a ver cada uno en detalle:

  • Índice de precios de consumo – IPC: es un indicador que mide la variación del precio de los bienes y servicios durante un determinado periodo de tiempo. Es el indicador más conocido, y suele medirse de forma anual.
    Para calcularlo se emplean los productos y servicios más consumidos por la población. Su objetivo es representar el incremento del coste de vida de una persona corriente
  • Deflactor del PIB: mide el nivel de los precios de todos los bienes y servicios producidos por una economía. Para calcularlo, se parte del PIB nominal, se divide entre el PIB real, y se multiplica por 100.
    Esto nos permite obtener una relación entre el nivel de precios actual y el del año de partida

Ahora vamos a pasar a ver la evolución de la inflación en España en los últimos años y cómo nos afecta.

¿Cómo me afecta la inflación?

Llegado a este punto espero que ya tengas claro qué es la inflación, y sobre todo, cómo te afecta.

Dado que el precio de todos los bienes y servicios que consumimos sube cada año, la conclusión es clara.

La inflación hace que nuestro dinero valga cada vez menos -> Perdemos poder adquisitivo

Cuanto mayor sea la inflación, mayor será la pédida de poder adquisitivo. Si dejamos nuestro dinero en el banco, cada año que pase podremos comprar menos cosas con el. Su valor se reducirá.

Aquí tienes una gráfica con los datos de la tasa de inflación en España desde el año 1990.

Como puedes ver, entre 1990 y 2010 la inflación estaba normalmente entre el 3% y el 4%, llegando incluso a superar el 6% en algún año.

Entre 1990 y 2010 el IPC subió un 105%. Esto implica que el nivel general de los precios se duplicó. O lo que es lo mismo, el poder adquisitivo se redujo un 50%.

Si en 1990 hubieras cobrado una herencia y la hubieras depositado en el banco, en 2010 tu dinero real sería la mitad.

Es importante destacar que desde el 2013 estamos viendo unas tasas de inflación bajas. Esto se debe a las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE), con tipos de interés negativos.

No sabemos si estas políticas se mantendrán en el futuro, pero lo que sí sabemos es que debemos luchar contra la inflación y evitar que nuestro dinero pierda valor. De hecho, lo que queremos es todo lo contrario: que valga cada vez más. Veamos cómo.

¿Cuáles son las consecuencias de la inflación?

No se puede determinar si la inflación en general es buena o mala, pues en muchos países, a priori, conforme suben los precios, también lo hace el salario, haciendo que nuestro poder adquisitivo pueda mantener cierta estabilidad.

En ese sentido, podemos mencionar como características buenas o malas, las siguientes:

  • Un aumento en los precios ayuda a disminuir ese valor en las deudas tanto, de empresas como del Gobierno, ya que la deuda al seguir igual mientras nuestro salario sube al ritmo de los precios, ese valor de deuda será menor que previo al aumento de precios.
  • Ayuda a que el dinero circule y exista una transmisión de bienes en la economía, ya que la gente de a pie se ve en la obligación de usar su dinero antes de que ya no valga para comprar lo que desea en ese momento.
  • En caso de que el aumento de salarios no vaya de la mano con el de los precios, el poder adquisitivo baja, ya que, si el aumento de la inflación fue del 20%, pero el del salario fue de un 10%, son básicamente 10% de cosas menos que se pueden comprar.
  • La inflación provoca una pérdida de valor en el dinero, por lo que ahorrar con el cochinito no es la mejor idea, pues en un futuro ese dinero valdrá menos, por lo que te fomenta en el instante a gastar tu dinero; lo que comentábamos.

¿Cómo se detiene la inflación?

Han sido usados y sugeridos distintas maneras para detener la inflación. Pero en líneas generales, se ha implementado la misma política de control para la inflación en casi todos los países del mundo.

Cómo hecho relevante, hay que destaca que se empezaron a priorizar medidas antiinflacionistas más severas a partir del año 1994 en Sudáfrica y en 1996 en Brasil.

Es más, economistas institucionalistas cómo Ha-Joon Chang destacan que algunos partidos políticos se aprovecharon del miedo justificado por parte de la hiperinflación para brindar ese impulso en las políticas anti-inflacionistas más fuertes por esos niveles de inflación en muchas partes del mundo.

Teniendo esto en cuenta, podemos resaltar las siguientes medidas:

Políticas monetarias

En la actualidad, la herramienta más básica para el control de la inflación es la política monetaria, y en ello, los bancos centrales pueden influir significativamente, fijando una tasa de interés más elevada y disminuyendo la masa monetaria.

En general, la meta de los bancos centrales ha sido alcanzar una tasa de un 2% – 3% al año.

Existe una serie de métodos que se han sugerido para el control de la inflación. Por ejemplo, recientemente el banco central de Estados Unidos (la Reserva Federal o FED, por sus siglas en inglés) han subido los tipos de interés para poder frenar los altos niveles de inflación que está sufriendo el país, con tasas por encima del 10%. En la Eurozona se están empezando a tomar medidas similares.

Otras posibles medidas para reducir la inflación consiste en reducir la oferta monetaria (la oferta de dinero). Para ello los bancos centrales disminuyen la impresión de dinero, por lo que la cantidad de dinero en circulación se reduce.

Una política monetaria para combatir la inflación consiste en reducir el déficit público de los gobiernos. Es decir, en que los gobiernos se aseguren de que no gastan más de lo que ingresan. Obviamente esta no es una medida del agrado de los políticos, dado que para ello tienen que recortar el gasto público o incrementar los impuestos recaudados. Y cualquiera de estas medidas va a provocar un cierto descontento entre la población.

En líneas generales las medidas para frenar la inflación suelen tener un impacto negativo en la economía y en la industría de un país. Por este motivo se dice que la inflación es el mayor destructor de gobiernos.

Como ves, subir los tipos de interés y reducir la oferta monetaria son las maneras más comunes con las que los bancos centrales luchan o intentan prevenir la inflación.

Tipo de cambio fijo

Siguiendo un régimen de cambio fijo de divisas, el valor de la moneda oficial de un país está vinculada al valor que tenga otra moneda o incluso a otros activos como puede ser el oro. Hasta hace no mucho los países utilizaban el patrón oro, que veremos un poco más abajo.

Un tipo de cambio fijo es usado normalmente para estabilizar el valor que tiene una moneda, mediante un vínculo con otra moneda más estable.

Si bien es un método aceptable para tener un control de la inflación, cuando hay variaciones en el valor de la moneda de referencia, el precio de nuestra moneda también se verá afectada.

Asimismo, un tipo de cambio fijo no deja que un gobierno use la política monetaria del país con el objetivo de lograr esa estabilidad macroeconómica. Esto puede hacer vulnerable al país ante situaciones económicas adversas como una crisis.

Aplicación de esta estrategia por otros países

En el último tramo del siglo XX, muchos países víctimas de procesos hiperinflacionarios se decantaron por usar un tipo de cambio fijo para estabilizar su moneda nacional.

Y un claro ejemplo lo podemos ver en su mayoría alrededor de Sudamérica, con países como Argentina de 1991 hasta 2002; Brasil, Chile y Bolivia de 1979 hasta 1982 y en Venezuela, desde el año 2003 con la entrada en vigencia de CADIVI hasta la actualidad.

Aunque fijar un tipo de cambio puede parecer que es una forma de controlar la inflación a corto plazo (asumiendo que el país cuenta con diferentes reservas de activos a nivel internacional para poder estabilizar su moneda), habitualmente esta es una medida que hace caer el tipo real de cambio a largo plazo.

¿Cómo? Por el hecho de que la inflación interna supera a la externa, quitándole competitividad a la economía, y en algunos casos, hacer inferior la balanza de pagos en dicho país.

Esto sucedió en los años 80 en países como Argentina, Brasil y Chile, quienes contaban con una balanza comercial en déficit, ya que perdieron competitividad al fijar un tipo de cambio, haciendo caer fuertemente su tipo real de cambio.

Asimismo, también hicieron reducir su entrada externa de crédito, por lo que no pudieron hacer más que ir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para restablecer esa balanza de pagos.

En ese sentido el FMI les obligó a cumplir un severo plan de estabilización en sus cuentas a nivel interno y externo, conllevando un coste económico bastante alto y con niveles de desempleo notables.

Patrón oro

El patrón oro es un tipo de sistema monetario donde el medio de intercambio de bienes es el papel moneda, el cual se puede transformar libremente en cantidades de oro ya preestablecidas.

El patrón indica de qué manera se realiza el respaldo en oro. Es decir, la cantidad de oro de la que dispone el banco central para respaldar las unidades de papel moneda en circulación.

En ese sentido, la moneda propia no cuenta con un valor intrínseco, sino que es aceptada por los comercios por el hecho que puede intercambiarse por una cantidad equivalente de oro. Por ejemplo, un certificado de plata de Estados Unidos podría canjearse por una pieza real de plata.

Las economías que se basan en este sistema suelen experimentar inflaciones menores al 2% anual, ya que la tasa de inflación a largo plazo está determinada por la tasa de crecimiento en la oferta del oro con relación a la producción en general.

El principal inconveniente con el patrón oro es que actualmente se requieren enormes cantidades de oro para que los bancos centrales respalden el total de dinero emitido, con el agregado costo de resguardarlo y atesorarlo. Por esta y otras razones más, este método fue abandonado a mitad del siglo XX.

Control de precios

Este es un método que ha sido usado a menudo a lo largo de la historia. Un claro ejemplo de ello, fue Nixon a inicios de los 70, aunque con resultados negativos.

Muchos economistas coinciden en el hecho que los controles de precio no logran su meta, por lo que son contraproducentes, ya que distorsionan el correcto funcionamiento de una economía. Estos controles de precios aumentan imposibilitan incrementar los precios cuando los cotes de producción se elevan debido, por ejemplo, a la escasez de un bien determinado. Esto además produce una reducción en la calidad de los bienes y servicios ofrecidos. Dado que no se puede incrementar el precio del producto o servicio, la solución que tienen los productores es reducir la calidad, para así reducir los costes.

Este es un modelo que históricamente ha fracasado, ya que presentan otro gran problema, y es que su cumplimiento debido a la gran cantidad de comercios y demás mercados, se vuelve algo difícil para controlar y verificar por parte de las autoridades gubernamentales. Por lo tanto en muchas ocasiones los precios acaban subiendo igualmente.

Cómo puedo luchar contra la inflación

Para evitar que nuestro dinero pierda valor con el paso del tiempo, lo mejor que podemos hacer es ponerlo a trabajar. Es decir, invertirlo.

Hay muchas formas de inversión (bolsa, criptomonedas, oro, sector inmobiliario, crowdlending, etc). Todas estas estrategias tienen sus pros y sus contras, y puedes leer sobre ellas en sus respectivos artículos del blog.

La estrategia que yo recomiendo es clara: invertir en bolsa. En concreto, yo recomiendo seguir la estrategia de inversión pasiva.

La inversión pasiva te permite invertir en todas las empresas de un mercado a través de los fondos indexados, beneficiándote así de la rentabilidad total de ese mercado.

Es una estrategia de inversión sencilla, sus comisiones son bajas, y puedes obtener una alta rentabilidad si eliges los activos adecuados.

Mi gestor automatizado preferido es Inbestme, dado que diseña una cartera adaptada a tu perfil de inversor y tu tolerancia al riesgo. Todo esto con unas comisiones muy bajas.

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Conclusión.

Los métodos para controlar la inflación mencionados anteriormente suelen llevar un tiempo hasta que se ven los efectos, pero en países donde la inflación es un problema bastante notable, es muy importante buscar alternativas para proteger el dinero de la inflación.

Como acabamos de comentar, hay diversas maneras de hacerlo, y una de las más populares es a través de la inversión en la bolsa.

Si tenemos en cuenta que el objetivo del Banco Central Europea es una inflación del 2%, la rentabilidad que obtengamos con nuestra inversión debe ser superior a este 2%.

Un buen ejemplo es el índice S&P500, que engloba a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos. Este índice ha obtenido una rentabilidad anualizada del 10% en los últimos 100 años.

Eso si, es importante ser consciente de que invertir en la bolsa conlleva ciertos riesgos, dado que el valor de la inversión sube y baja. Por este motivo siempre recomendamos invertir un dinero que no vayas a necesitar pronto.

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Espero que te haya gustado esta mini-guía sobre la inflación.

Si quieres leer más información sobre inversión, te recomiendo los siguientes artículos del blog:

Cualquier duda o pregunta que tengas, no dudes en usar la sección de comentarios para preguntarme. Te responderé encantado.

Cada martes te cuento lo que hago yo con mi sucio dinero.

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Gonzalo Candela

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1 comentario

Maylin · 3 junio, 2021 a las 04:27

Buenísimo el post. Saludos.

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